jueves, 5 de diciembre de 2013

Al viento se le olvidó soplar

Se me escapa de las manos
tu pelo con las vibraciones,
en un lecho de silencio y cemento.
Al viento se le olvidó soplar
y despeinarme las dudas y los miedos.
Bajo una encrucijada de años
y golpes de piedra.
Corro por caminos de frutos
para despistar la desidia y el tedio.
El fuego ya no calienta las calderas de vapor,
el cual se escapa por los dedos
y para el corazón.
Recojo las hojas para rellenarlo
y coserlo bien arriba.
Para que sepa hablar con el sol.



5 de diciembre de 2013